Que Vienen los Chinos

Hace ya años, y ahora también, yo me encontré, y ahora me encuentro, en situación de desahucio. Veo lo que veo y escucho, oigo y entiendo lo que entonces también observaba. Esta España nos da pero también nos quita. Como mi enfermedad.

Cuando vine a este país me di cuenta de que había un abismo entre dos frentes. Donde vivía antes esto no era así. Esto lo digo ahora porque la campaña electoral lo está mostrando claramente. Lo ve hasta el más ciego. A los españoles interesa lo del de enfrente. Ha de importarnos lo propio. ¿Por qué nos importa lo que votan otros, por qué no nos importa lo que hemos de votar nosotros mismos? Así nos ocurre con todo. ¿Por qué nos interesa el coche del vecino, su casa? ¿Por qué no nos interesa nuestra casa, nuestro coche? Mientras sigamos así seremos desgraciados porque siempre habrá algo que prefiramos a lo nuestro. No porque no nos guste lo propio sino porque preferimos lo ajeno. Simplemente por el mero hecho de ser ajeno.

Sí, y vienen los chinos. He oído por ahí decir que los chinos tienen éxito porque son trabajadores. Sí, pero no solo eso. Tienen éxito porque no se someten a las directrices que nos tenemos que someter los demás. Van por libre. No creo que podamos otros funcionar de la misma manera, porque si así hiciéramos los calificativos que verterían sobre nosotros no se limitarían a llamarnos chinos. Seríamos “negreros” y llevaríamos nombres muy feos que aquí no puedo repetir.

Jugamos en otra liga, si un inspector se acerca a un establecimiento chino lo primero que tiene que hacer es lidiar con el idioma, pero con los demás no tienen ese problema, entonces es mucho más fácil acercarse al españolito (o europeo, o americano) de turno. Me gusta decir estas cosas valientemente porque sé que provocarán en algunos una reacción del tipo “¿Pero esta tía de qué va?” “Es una racista” etc. etc. Pues no, nada más lejos de la realidad.

No tengo nada contra nadie en general. Son los comportamientos de otros hacia mí los que me irritan y me (sí, voy a usar esa palabra) indignan. No de los chinos, sino de las autoridades en su uso del agravio comparativo.

Me gusta decir, alardeo de ello de hecho, que yo ya he estado en todos los frentes. He sido empleada (por cuenta ajena) autónoma (asociada) e hija de inmigrantes retornados.

¿Queremos la igualdad, de verdad? ¿En todo? ¿En derechos y deberes? Pues tengámosla. Si rascamos un poco la superficie veremos que no, realmente los que de boquilla hablan de la igualdad no la aceptarán cuando esa igualdad incluya derechos y deberes. ¿Deberá pagar más el que más tiene? o ¿Deberá pagar más el que más se esfuerza?¿La igualdad es para todos en todos los ámbitos?Derechos y deberes. Igualdad en todo y para todos; entonces sí. ¡Ah! ¡No! Que eso es comunismo ¿No?

Yolanda Canales