Suena bonito ¿verdad? La verdad es que como título es bonito. Tiene un sonido incomparable, casi poético “La Impunidad del Anonimato” Se deja caer de los labios con un cierto ritmo y poesía. Pero es terrible y es la verdad, “La Impunidad del Anonimato”. Lo que realmente quiere decir es que lo que hoy en día el anonimato nos permite hacer – a todos- aunque no todos nos aprovechemos de ello – es terrible. Desde cualquier oscuro rincón de la sombra, desde cualquier casa en cualquier ciudad o desde cualquier pueblo la red nos permite dar alas a otros. Vitorear y dar alas a los malhechores e incluso sin nosotros saberlo darles aire para actuar a otros. Algunos hacen uso de esto, otros hablan desde la sombra sin saber o ser conscientes de que sus palabras hacen que otros actúen. Este es un tema sobre el que hace tiempo quería hablar pero hoy ha venido a mi atención porque han detenido a una serie de personas precisamente por sus comentarios en la red. No he puesto una gran atención, pero eran del tipo de “con una bala en la nuca a fulanita…” o “…una bomba lapa..” todo muy bonito y de palabras muy al uso por cierto gremio. Creo que hoy, por primera vez en la historia, aunque esto no lo sé, puede que me equivoque, se han arrestado a un grupo de personas simplemente por sus comentarios. A mí me parece excelente, porque estas personas, por llamarlas de alguna manera, hablaban desde la impunidad (desde, yo lo llamaría, la cobardía) porque es muy fácil usar el teclado de un ordenador o el de un móvil, aunque sea con un solo dedo, y decir de todo. Es de auténticos cobardes. Yo, ya hace tiempo que me prodigo mucho por la red, pero TODO lo que digo lo hago con mi nombre y ambos apellidos, y no pongo mi D.N.I. porque me parece excesivo, vamos me parecería excesivo pero no tendría ningún problema en hacerlo. Pero como todo lo que digo, aunque puede que en algunos casos esté equivocada (por supuesto no creo que lo sepa todo, y por tanto soy consciente de que en ocasiones me equivocaré), pero TODO LO QUE DIGO lo hago con buena fe y estoy orgullosa de decirlo. Son mis opiniones y tengo mucho cuidado de no decir cosas que puedan herir a otros o (válgame Dios) animar a otros a hacer daño a terceros. Uso la misma cabeza (la mía, la que tengo) para hablar en la red que la que uso cuando voy por la calle. Deberíamos someternos a ese análisis cuando hablamos en la red. “Si yo estaría en mitad de una plaza con un megáfono ¿podría decir esto? ¿diría esto?” Lo que nos frena a la hora de decir ciertas cosas en mitad de la plaza pública es el pudor. Nuestro buen criterio, que luego a la hora de movernos por la red no aplicamos.
No es cuestión de decir lo que es cierto o no. Todos tenemos derecho a equivocarnos. Yo me equivoco mucho, porque hablo mucho, es simplemente una cuestión de proporción. Tampoco creo que debería el tema reducirse meramente a penar aquellos actos ilegales en cuanto a actos físicos en sí. La Red nos ha proporcionado una nueva forma de delinquir. Lo que antes no existía, esa oportunidad de vitorear y animar al malhechor desde la sombra por lo menos debería ser público. Aunque no se penase debería exponerse. Debería poderse saber quién dice qué en cada ocasión, que en todo momento hubiera un dedo apuntándonos para que se supiera quién dice qué en cada momento. Yo me atrevo, y eso que hablo mucho, muchísimo, ¿y ustedes?
Yolanda Canales